Los gestores del sí
Decir no en ocasiones sale caro
Escribo este post para reflexionar en voz alta sobre una situación que lejos de aparecer de forma aislada, se repite una y otra vez. La vivo y/o sufro en los dos ámbitos en los que actualmente trabajo, tanto en el mundo de la educación como en el de la gestión deportiva.
El otro día tomando un café con unos compañeros del INEFC, analizábamos la necesidad y validez de las encuestas de valoración en las que los alumnos puntúan al profesorado y las asignaturas. Cuestionábamos los resultados al comprobar que el profesor mejor valorado era el que más alto porcentaje de alumnos aprobados tenía en sus asignaturas (el cien por cien). ¿Es posible que la mayoría de alumnos premien al profesor con quien resulta más fácil aprobar? O por el contrario, ¿es el buen profesor quien consigue una mayor atención y predisposición a aprender de sus alumnos y por lo tanto, aprobar es la consecuencia lógica de esta situación? Seguro que tú tendrás tu propia opinión.
Cambio de tercio y paso a hablar del no menos divertido mundo de la gestión deportiva. Empecemos por una pregunta “facilita”, ¿cómo gestionar una organización? Mucho se ha escrito sobre dirección, gestión, planificación, organización o liderazgo. Sea cual sea la respuesta a esta cuestión, no creo que podamos extrapolarla a todas las situaciones que se nos pueden presentar. Muchos serán los factores a tener en cuenta que a buen seguro pondrán en entredicho unas y otras respuestas/opiniones.
Para mí, los gestores del sí, son aquellos que optan por el camino fácil. No buscan complicaciones. Tienen otras prioridades en la vida y desde luego no se encuentran entre ellas crearse enemigos. Se caracterizan por “quedar bien”, incluso con todos. Dicen lo que su interlocutor quiere oír y sus decisiones van dirigidas a tener a todos contentos. Y aunque no lo creáis, al menos a corto plazo, funciona. Yo me pregunto si un buen gestor debe “aprobar” a todos sus “alumnos”; si debe resolver todas las situaciones conflictivas con una sonrisa y una mirada hacia otro lugar. Ser sinceros, ¿conocéis algún gestor del sí?
Por mi cabeza pasan algunos recuerdos de reuniones con cargos públicos, con el poder y la competencia para la toma de ciertas decisiones, que acababan la cita con un rotundo sí de apoyo al proyecto presentado, que se diluía y acababa convirtiéndose en un no con el paso del tiempo. También conozco a compañeros gestores que aglutina apoyos repartiendo dádivas. Que son grandes gestores en épocas de vacas gordas, pero que son incapaces de dar un paso en firme cuando la disponibilidad económica es mínima.
Todos ellos gestores del sí, dueños de promesas incumplidas, que buscan el aplauso fácil antes de afrontar con valentía y sinceridad cada situación. Gestores incapaces de sacar sus organizaciones adelante en momentos complicados. Quizá gestionar con el sí produzca un cierto ambiente motivacional que ayude a alcanzar los objetivos planteados. Pero como dice ese famoso refrán “antes se coge a un mentiroso que a un cojo”. Y antes o después nos presentan la factura a pagar.
Al final son los hechos los que nos ponen a cada uno en el lugar que nos merecemos. Alguien dejo dicho que “No es necesario mostrar bellezas a los ciegos, ni decir verdades a los sordos. Basta no mentir al que te escucha, ni decepcionar al que confió en ti. Las palabras conquistan temporalmente, pero los hechos, esos si nos ganan o nos pierden para siempre.”
El eterno dilema del no. Ser fiel a tus valores, a lo que entiendes que es lo adecuado para tus alumnos, para tu organización, a pesar de posibles consecuencias desagradables, o gestionar con el “aprobado general” y el “sí continuado”.
Espero que la lectura de este post al menos te ayude a pensar sobre esta continua lucha interna y poder decidir qué modelo de gestión quieres para ti.
Te dejo esta frase final del poeta lírico y satírico de la Antigua Roma Quinto Horacio Flaco: “Las muchas promesas disminuyen la confianza.”