La generosidad de Carlitos Brown

¿Hay algo mejor que aprender mientras te diviertes viendo una peli de dibujos?

Tarde de cine, que me hizo viajar al pasado y recordar momentos de mi infancia acompañado de Snoopy, Carlitos y sus amigos. Más allá de ser lo que es, es decir, una película de dibujos para niños, me llevo una serie de mensajes dirigidos a los mayores que me han hecho reflexionar y escribir estas líneas.

Carlitos es un chico tímido y a veces inseguro pero con un gran corazón. Su mejor amigo es su fiel perro Snoopy, y junto a otros niños forman la pandilla Peanuts, una tira cómica creada por Charles Schulz en 1950 (¿quién no la ha leído alguna vez?).

La inseguridad acompaña a nuestro amigo Carlitos en todas sus acciones. Todo parece salirle mal. No es capaz ni de hacer volar una cometa. Y esto me hace pensar en las numerosas personas que hay así en el mundo. Seguro que conoces a alguna. Personas pesimistas, que no creen en sí mismas. Cuánta gente conozco que se infravalora, que ve siempre el vaso medio lleno (por no decir vacío), que lo ve todo oscuro. Y sin embargo tienen habilidades y valores, dignos de ser reconocidos.

Carlitos es perseverante y afronta todos los obstáculos con una actitud positiva. Esto le ayuda a avanzar y como se comprueba al final de la película a conseguir sus objetivos. Y ello es posible porque atesora un gran valor, el de ser generoso. Es capaz de sacrificarse por los demás, de pasar a un segundo plano para que el protagonismo, los aplausos se los lleven otros. Es humilde y eso sin él saberlo le hace importante.

La generosidad es el hábito de dar o compartir con los demás. Se trata de una virtud y un valor positivo que puede asociarse al altruismo. Dicen que la persona generosa es noble, desprendida y sabe compartir. Está orientada al otro, sabe la importancia de empatizar, de ponerse en los zapatos del otro. Como dice Juan Carlos Cubeiro en su libro “Atrévete a Motivarte”: “La generosidad es la mejor inversión porque lo que das de corazón, se te devuelve multiplicado”. Y eso le pasa a Carlitos.

La película de Carlitos también me ha hecho pensar sobre “lo imposible”. Sobre aquello que parece inalcanzable, fuera de nuestras posibilidades. En el caso de Carlitos ser capaz de volar la cometa o que la niña pelirroja se fije en él. Carlitos tiene a su alrededor “saboteadores” manipuladores, gente tóxica que lejos de animarle, le recuerda que todo le sale mal, que es un fracasado, que no puede conseguir lo que se propone. Ese papel lo desempeña Lucy.

 Al respecto os recomiendo leer esta adaptación de un cuento popular de Eloy Moreno titulado “El niño que pudo hacerlo” http://www.blog.eloymoreno.com/el-nino-que-pudo-hacerlo/ Ante el asombro de cómo un niño había podido conseguir lo que es imposible por no tener la fuerza suficiente, un anciano sentencia: “No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.” Al igual que este niño, nuestro protagonista Carlitos Brown, consigue finalmente lo que quiere.

La psicóloga deportiva Patricia Ramírez en un reciente artículo publicado en el diario El Mundo nos habla de las personas tóxicas y entre ellas señala que hay un tipo al que les puede el éxito de los demás, envidian todo aquello en lo que les superas. Nos recuerda la importancia de los valores y lo peligroso que es traicionarlos, “…es preferible perder un amigo que tus valores”. Patricia nos recomienda huir del poco solidarios y del egoísta. Podéis leer el artículo en http://otrasmanerasdevivir.elmundo.es/video/como-alejarse-de-amistades-toxicas

Sin lugar a dudas PODER es el resultado del sumatorio querer + perseverancia + fuera saboteadores. Deberíamos hacer caso a Thomas Alva Edison: "Los que aseguran que es imposible, no deberían interrumpir a los que lo estamos intentando". Carlitos lo consiguió, tú también puedes.