El tercer tiempo
“Buena gente, buenos jugadores”
El pasado sábado me encontré este cartel presidiendo un encuentro en el que participaban distintos equipos de rugby. Vaya por delante mi reconocimiento al trabajo que desde el Club INEF Lleida se está realizando y mi admiración y respeto a mi compañero David Carreras…ole!!
“Por favor recodar!
Los jugadores son niños y niñas
Esto es un juego
Los educadores son voluntarios
Los árbitros son humanos
Esto no es el Campeonato 6 Naciones” (traducción propia)
Hace unos días leí un magnífico artículo “No hay bengalas en el rugby” firmado por José Luis Llorente en el que afirmaba algo que comparto. “La mercantilización del deporte profesional ha ocultado sus valores de forma paulatina hasta hacerlos casi invisibles en algunas modalidades. Quizá el caso más significativo sea el del fútbol, objeto de manipulación permanente por cuestiones económicas o políticas. No me refiero tanto al amaño de resultados como a la alteración de cuanto acontece a su alrededor, desde el falseamiento de hechos objetivos por parte de los medios a interpretaciones disparatadas de sus dirigentes. Por no hablar de la actitud de los futbolistas en el campo, que a fuerza de repetida por los protagonistas, tolerada por el entorno y disculpada por los forofos ha terminado por anestesiar a todo el universo futbolero que no las pone en cuestión.”
El artículo continuaba: “El rugby es una de esas escasas actividades en las que el honor ocupa todavía un papel preponderante. Los rugbiers entregan cuerpo y emociones en la práctica de este deporte en el que no se entienden las excusas, los escaqueos, ni la más mínima protesta. En caso de duda, el capitán se acerca educadamente a conversar con el juez que con flema británica -sea de donde sea el árbitro- le comprende y atiende para dictar su sentencia imparcial. Mientras, las aficiones animan, cantan y vitorean a los suyos, al tiempo que conviven con los rivales en perfecta armonía. Hasta está mal visto abuchear al pateador contrario cuando intenta convertir su lanzamiento. Uno observa esta conmovedora muestra de autenticidad y ejemplaridad y se pregunta por qué no pueden ser así todos los deportes. Por qué se han ido envenenando.” (Extracto)
Un poco de historia no viene mal.
Aunque el origen del rugby se suele fechar en 1823, cuando definitivamente se separó del fútbol, sus antecedentes históricos se remontan a la Grecia clásica. Basado en el episkyros griego, los legionarios romanos jugaban al harpastum: un juego de adiestramiento para los soldados en el que usaban una pelota de goma de pequeño tamaño que debía llevarse al extremo contrario de un campo rectangular. Era permitido usar cualquier medio para conseguir el triunfo. Este juego se extendió por todo el imperio romano, mezclándose con los juegos locales celtas y bárbaros, lo que dio lugar a las variedades de juego con pelota medievales. A finales del siglo XVIII y principios del XIX se empezaron a jugar variedades del fútbol medieval ingles (football) en las escuelas privadas y facultades del Reino Unido. Cada colegio tenía sus propias normas aunque por lo general se jugaba con los pies, usando como balón una vejiga de cerdo y se permitía empujar o placar al adversario. Según la tradición en 1823, en el Colegio de Rugby (condado de Warwickshire, en el medio oeste de Inglaterra) el estudiante William Webb Ellis estaba jugando un partido de football cuando cogió el balón con las manos y cruzo con él la zona de marca. Este hecho supuso el comienzo de la diferenciación entre los modernos rugby y fútbol. Algunos no dudan en afirmar que la historia de Webb Ellis es sólo un mito. En 1845 se escribieron las primeras normas del rugby. Más información en: http://uralmeria.com/historia-del-rugby/
En muchos sitios he oído y leído que el rugby se rige por cinco códigos de conductainmutables con el paso del tiempo y que algunos conocen como la “ética del rugby”, a saber: Disciplina; Respeto; Diversión; Deportividad y Espíritu de equipo”.
En el terreno de juego estos VALORES se reflejan en acciones como las siguientes:
- Si un jugador hace una falta, inmediatamente se disculpa al árbitro;
- Los jugadores rivales se ayudan a levantar los unos a los otros del suelo;
- Los jugadores no simulan faltas o agresiones;
- Los puntos (marcas o ensayos) se celebran sin grandes aspavientos, sin faltar el respeto al rival;
- Al final del encuentro se realiza el pasillo, en el que los dos equipos se aplauden los unos a los otros, primero vencidos, luego vencedores.
- Y después…el tercer tiempo.
El “tercer tiempo” significa que el partido sigue. El objetivo de esta parte es disfrutar de otros minutos con los amigos y compañeros tanto de tu equipo como del contrario. El equipo local invita al equipo visitante a comer y a beber, reforzar los lazos, confraternizar y suavizar los resentimientos que pudieran haber surgido durante el partido. Es una parte importante de ese código de conducta. Sin duda un partido sin tercer tiempo es contrario a los valores de este deporte. En el rugby el rival es adversario en el campo y compañero fuera de él.
El blogger Fermín de la Calle nos ha dejado una frase que a mi entender deja muy clara la filosofía del trabajo en el deporte: “Para nosotros los partidos se juegan entre semana (en los entrenamientos) y el fin de semana se posan los ensayos.”
En las artes marciales también encontramos ejemplos de código de conducta. Valga como ejemplo el Código de Ética del Judo. Jigoro Kano (Mikage, Japón, 1860-Hyogo, Japón 1938) es considerado el padre del judo actual. Jigoro Kano consideraba que el respeto es el principio sobre el que se asienta el judo e intentó conjugar en el judo el deporte y la educación. La educación del judoka se basa en tres pilares: la educación del conocimiento, la educación moral y la educación física. Desde siempre en el judo, el Saludo “Rei” es la expresión diaria, constante y que sintetiza el conjunto de los valores del Judo. El saludo es la expresión del respeto, la humildad, la gratitud, el aprecio hacia el “Sensei” o maestro. El saludo simboliza el grado de respeto también hacia el “Uke”,el compañero y hacia el “Dojo”, lugar de práctica del judo. Con el sencillo gesto de bajar la cabeza se ofrece hacia el otro ese conjunto de valores. Por todo ello el judo comienza con un saludo y termina con un saludo, que debe ser el correcto, con la correcta dirección de la mirada, pues, representa ese espíritu de deportividad, honor y confianza. No habrá perfección del judoka si, al margen de pulir sus técnicas, no encuentra el Do, el camino, para pulir su mente, su conducta o no intenta comprender los valores morales del Judo. Más información en: http://educacionfisicaculturafisica.blogspot.com.es/2014/07/no-hay-judo-sin-respeto-el-judo-y-su.html
Como vemos el deporte genera a su alrededor una serie de valores que en muchos casos pasan a formar parte de su propio ADN. El rugby con su código de conducta y su tercer tiempo y el judo con su saludo, son claros ejemplos.
Quizá con la intención de resistirse a que estos valores se pierdan surgen iniciativas como la que recientemente se ha implantado en Cataluña: el “Tutor de Juego”. Creo que coincidiremos al afirmar que el árbitro es una figura no siempre bien vista. Este proyecto Precisamente para darle contenido, valor añadido y rebajar la presión que reciben, los responsables de la formación de los árbitros en el deporte juvenil promueven el cambio de nombre y su manera de actuar.
Por desgracia en el deporte también encontramos actitudes dirigidas a ganar a cualquier precio. Ayer en los últimos instantes de un partido de baloncesto comprobamos como ninguno de los 2 equipos quería anotar canasta. “El bochornoso show final en el decisivo Darussafaka-Maccabi de Euroliga” No podemos aplaudir estas situaciones, hay que actuar contra ellas porque miles de niños y jóvenes quieren parecerse a estos profesionales y ellos sin darse importancia están dando un mal ejemplo.
Pero, ¿qué pasa en el mundo laboral, en el terreno de las empresas? Para Pierre-André de Chalendar, Presidente Director General de Saint-Gobain (empresa referente mundial de hábitat sostenible) “es importante que todos los miembros de las compañía conozcan los valores y que los expresen más”. De entre los valores que deben estar implantados en una compañía destaca el respeto, la lealtad, la solidaridad, la integridad y el compromiso profesional, así como una manera de actuar basada en el respeto a las leyes, a la gente y al medio ambiente. Al igual que cualquier jugador de rugby lo es dentro y fuera del campo, porque el rugby es en sí un estilo de vida, y los valores se respetan dentro y fuera del campo, en la empresa, en nuestro trabajo, en nuestra vida podemos implementar estos códigos de conducta.
Acabo esta reflexión sobre los valores, haciendo mía la frase de Jean Jaques Rousseau: “Siempre es más agradable tener el respeto que la admiración de las personas” Gánate el respeto y llegará la admiración.
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