La siesta

on Miércoles, 27 Septiembre 2017. Posted in Septiembre 2017, 2017

La siesta

 

  

 

El descanso es necesario, también durante la competición.

 

 

 

 

 

La palabra siesta viene de la hora sexta romana, que designa la hora solar sexta, correspondiente a las 12 del mediodía con respecto al sol, más o menos alrededor de las 14 horas, momento en el cual se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas. La siesta también tiene una explicación biológica. Es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provocaba la consiguiente somnolencia.

La siesta aporta el necesario descanso para afrontar el resto de la jornada con la energía necesaria. Un estudio de la Universidad de Berkeley asegura que quienes duermen la siesta rinden más por las tardes y aumentan en un diez por ciento su capacidad de aprendizaje. La Fundación Española del Corazón nos presenta los 10 beneficios de una buena siesta:

1. Previene las cardiopatías y ayuda a disminuir el estrés.
2. Reduce la tensión arterial y el ritmo cardiaco.
3. Facilita el aprendizaje.
4. Aumenta la concentración.
5. Estimula la creatividad.
6. Facilita la resolución de problemas.
7. Mejora los reflejos.
8. Favorece la abstracción (capacidad de detectar el patrón general de una nueva información).
9. Fomenta la positividad.
10. Mejora el estado de ánimo.

La siesta es un alto en el desarrollo de nuestra actividad diaria. Este “kit kat” también se presenta como muy necesario en el mundo del deporte. Pero en este post no me voy a referir al descanso y bienestar que nos aporta dormir lo necesario (incluida la siesta), sino a la posibilidad que brindan algunos deportes de poder detener, durante un cierto periodo de tiempo, el desarrollo del juego. Este símil del stop temporal en la actividad física competitiva se presenta como una gran oportunidad para los actores implicados. El tiempo muerto, el descanso en la mitad de un partido o el tiempo que hay entre una y otra participación (por ejemplo los diferentes intentos permitidos en el salto de longitud) nos permiten introducir y trabajar aspectos clave para la consecución de objetivos en toda organización, como son el análisis, la reflexión, la estrategia, el feedback o la capacidad de dar y recibir instrucciones.

Pero como todos sabemos, este tiempo es limitado y tendremos que estar preparados para aprovecharlo al máximo. Para el caso en que el deportista cuente con la figura del entrenador, ambos, emisor y receptor han de estar dispuestos a eliminar barreras y ruidos para que el mensaje se “oiga alto y claro”, y se puedan implementar las recomendaciones de forma eficaz. Para el supuesto en que el deportista afronte ese tiempo solo, es decir, no tenga nadie que le acompañe durante ese espacio de tiempo, es recomendable preparar y entrenar con anterioridad como gestionar ese tiempo y cómo abordar los diferentes problemas que se nos van a presentar. Hay entrenadores que han trabajado el lenguaje de señas y tienen códigos que les permiten transmitir información desde la distancia. Algo semejante a lo que realiza el jugador base en baloncesto al marcar una jugada a sus compañeros con los dedos de la mano o con un simple gesto.

En el ámbito empresarial, para cualquier tipo de organización, las pausas también son recomendables. En este sentido me sorprende como todavía hay personas que piensan que hacer un stop y tomar un café con un compañer@ o varios, es una pérdida de tiempo. Lo justifican en que el tiempo es oro y hay que aprovecharlo al máximo. El error parte de confundir gasto con inversión. No es lo mismo gastar el tiempo (todos lo hacemos) que invertir el tiempo. Con compañeros se invierte, con papel y bolígrafo para volcar ideas se invierte. Todo aquello que nos estimule a generar ideas, plantear problemas y buscar soluciones es inversión.

Es probable que existan personas que piense que encontrar un espacio inspirador para dar rienda suelta a la creatividad no sea importante. Pero actualmente ya hay empresas que proyectan los lugares de trabajo con espacios para pensar, que conectan a los trabajadores en “barrios” por los que pueden moverse y en los que se facilita la comunicación entre el equipo. Espacios que potencian las “paradas productivas”. Recientemente tuve la oportunidad de visitar una de estas empresas innovadoras en el modelo de gestión de la organización. Ver http://www.serveto.com/

En definitiva, tenemos que “dormir” más y mejor. La “siesta” en el sentido de parar y respirar para retomar nuestro trabajo con más energía es fundamental en el deporte, en el trabajo, en la vida. Qué razón tenía aquél que escribió que “Comida sin siesta, campana sin badajo.” (Refrán anónimo). Me voy a hablar con mi amigo Lluís Sans.

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