Hambre

on Martes, 05 Septiembre 2017. Posted in Septiembre 2017, 2017

Hambre

 

  

 

 

"Este equipo tiene hambre, siempre quiere más" 

 

 

 

 

Con esta frase el entrenador de fútbol del Real Madrid Zinedine Zidane justificaba la actitud y el juego de su equipo en estos primeros partidos de la temporada 2017-18. Ver http://www.marca.com/futbol/supercopa-europa/2017/08/09/598a34a5468aebaf4f8b45e1.html Es indiscutible que en los últimos meses el francés ha sabido transmitir a la plantilla de jugadores el espíritu de trabajo y esfuerzo que le caracterizó en su etapa de jugador.

Si buscamos la definición de hambre en algún diccionario encontramos que es la necesidad o ganas de comer, pero también el deseo fuerte o intenso de algo generalmente inmaterial. Es en este intenso deseo en el que se centra el contenido de este post.

Quizá si fuéramos capaces de identificar las notas que caracterizan el “voraz apetito” que muestran muchos deportistas tanto a nivel individual, como dentro del colectivo/equipo, podríamos encontrar respuestas a la existencia de ese fuerte deseo y, de esta manera, aplicarlas a otros ámbitos profesionales para orientarlas a la mejora de resultados y al éxito.

Detrás del hambre debe haber algún tipo de motivación. Se me ocurren algunas como alcanzar la fama, obtener un buen resultado, cumplir objetivos, la victoria, algún tipo de premio o por qué no el dinero,... dependerá de cada caso. Pero me atrevo a decir que lo que realmente impulsa el hambre es la automotivación de cada persona para satisfacer su propio ego. Todos tenemos un ego que hay que alimentar.

Pero poder alimentarse requiere esfuerzo y sacrificio, y es un claro síntoma de la pasión por lo que estamos haciendo, por nuestro trabajo. Tener hambre muestra el interés para aprender, mejorar y crecer cada día. La adquisición de conocimientos y experiencias es el alimento fundamental. Ayuda a saciar el apetito y a poder alegrase por la consecución de un nuevo objetivo. Sin duda, tener hambre potencia el compromiso hacia la consecución de objetivos.

Muy acertadamente, el rapero, productor y empresario estadounidense Jay-Z nos dejó esta reflexión: “Tengo hambre de conocimiento. Todo el asunto es aprender todos los días, para conseguir ser más y más brillante. De eso es lo que se trata este mundo. Miras a alguien como Gandhi, y brillaba. Martin Luther King brillaba. Muhammad Ali se ilumina. Creo que eso es de ser brillante todo el tiempo, y tratar de ser más brillante.”

El hambre se refleja en la actitud de la persona. En el deportista queda en evidencia desde el momento que salta al terreno de juego, a la pista o instalación deportiva. Esa actitud positiva se puede apreciar por todos los asistentes al evento, por todo su entorno. Sin lugar a dudas cautiva a los demás. La selección española de baloncesto ha empezado con mucha hambre el Eurobasket 2017.

Albert Einstein nos dejó una reflexión muy interesante que está muy ligado con todo esto: “No tengo ningún talento en especial, sólo soy apasionadamente curioso.” La curiosidad nos permite adentrarnos en terrenos desconocidos, por lo que potencia que salgamos del estado de confort para investigar y en consecuencia, provoca cambios. Ser curioso exige tener iniciativa, no detenerse ante nuevos retos. El hambriento siempre está buscando algo más.

Esta tendencia a la búsqueda les otorga mayor facilidad para detectar oportunidades y eleva la probabilidad de aprovecharlas. Por lo tanto estamos ante un potencial emprendedor. Tener hambre es una cualidad de los emprendedores.

Pero hay casos en que el ansia de “alimento” también puede ser peligrosa. Por ejemplo, si el hambre sólo busca el bien individual a cualquier precio, por encima de valores, personas y procedimientos. Si la sed de alimentarse obsesiona de tal forma a la persona que no le importan otras cosas y centra su vida exclusivamente en trabajar, en entrenar, en competir. O si el hambre nos convierte en un glotón, sin ser selectivos en nuestra “alimentación”, y probablemente nos podamos atragantar o empachar. En todos estos casos estamos ante un hambre egoísta.

También puede suceder que estemos hambrientos, tengamos hambre, pero no encontremos qué comer o con quién comer. En estos casos mi recomendación es que te apoyes en un “buen cocinero” que te asesore y te ayude a adquirir los alimentos más adecuados para tus necesidades e incluso, mejor aún, te prepare un menú saludable alineado a tus valores y objetivos.

En fin, llegó el final del verano toca controlar el apetito de estos días, que no quiere decir no tener hambre.

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